De la Misión en Tijuana

Algo Porqué Sonreír

Nuestra amiga María de Jesús pidió ayuda de la iglesia para su esposo, que tiene dificultades de audición. Él vende nopales en las calles y lleva una pesada caja, lo que es peligroso, pues debido a su problema no escucha los automóviles ni a la gente. Gracias a nuestro programa Oblato de ayuda que trabaja con el del Club de Leones, pudimos conseguirle un aparato de audición a un precio muy bajo.

María de Jesús estaba muy agradecida con nosotros, y sonriendo dijo “no se olviden de mi”. Al preguntarle qué necesitaba nos dijo que le era muy molesto masticar pues le faltaban varias piezas dentales, así que pedimos la ayuda de un reciente graduado dental de nuestro programa de becas para ella. Oscar Velázquez ha sido guitarrista voluntario en la iglesia por mucho tiempo y pronto le ayudó.

Oscar pudo realizar 14 extracciones de una vez y fue necesario que María lo visitara siete veces en la clínica donde trabaja. Oscar solo cobró el material que necesitó para las extracciones ($30 dólares) y cuando solo quedaron dos piezas, nos llegó un regalo del cielo.

En la parroquia habíamos hecho una venta para recaudar fondos y parte sería para los $500 necesarios para la nueva dentadura de María de Jesús. Mario, que vive en los Estados Unidos había llegado a nuestra parroquia para distribuir 80 despensas y sin esperarlo, mencionó que si alguna vez supiéramos de alguien que necesitara trabajo dental, él estaría dispuesto a hacerlo, pues a eso se dedicaba.

Así que cuando Mario ofreció su ayuda, de inmediato mencionamos a María de Jesús y arreglamos que la conociera. Un mes después, con lágrimas en los ojos, ella dijo que por muchos años solo había podido comer avena y cosas suaves y ahora siente tener una vida nueva. Por largo tiempo creyó que nadie se preocupaba por ella, pero ahora su corazón se alegra al ver que personas de diferentes edades y países vienen en su ayuda.

Todo Sucede por una Razón

María vive en Rojo Gómez Alto con su esposo y dos niños pequeños y llegaron del estado de Oaxaca hace menos de dos años al perder sus trabajos debido a la pandemia.

Por un tiempo vivieron con un amigo también proveniente de Oaxaca, pero su casa era muy pequeña para las dos familias, así que compraron una casa en abonos en Rojo Gómez Alto, donde los terrenos son mucho más económicos, pero el camino es terrible y no hay servicios.

María y su esposo deben caminar 30 minutos a la parada del camión para ir a trabajar. Desafortunadamente, hace unos meses les robaron sus celulares y dinero, incluyendo su aguinaldo, que pensaban utilizar para reparar el techo (mucha gente no tiene cuentas bancarias y prefieren llevar el dinero con ellos en vez de dejarlo en su casa cuando salen).
llevar el dinero consigo en lugar de dejarlo en una casa vacía).

Sin duda el suceso los entristeció porque estaban tratando de dar a sus hijos una mejor calidad de vida. Al reflexionar, María dijo que todo sucede por una razón. “No busco venganza ni les deseo mal, solo espero que puedan encontrar lo que están buscando”.

La familia de María recibió un techo de nuestro programa parroquial y ella cree que de alguna u otra forma Dios les dio los medios para tener un techo adecuado sobre ellos, por lo que está muy agradecida. Lo que más agradece es que Dios le envió esta bendición justo cuando más lo necesitaba.