“Night Ministry” hace brillar la luz en la oscuridad
Antes de la fiesta de Acción de Gracias de los Estados Unidos, la Fiesta de Cristo Rey; la Parroquia Oblata del Sagrado Corazón, guiada por el Párroco Fr. Bill Mason, OMI, preparó 100 loncheras con sándwiches de pavo/jamón, papas fritas, una barra nutritiva, galletas y un par de bebidas para personas sin hogar en San Francisco. Este proyecto es parte del Ministerio de la Noche (sfnightministry.org) fundado en la década de 1960.
Este ministerio, fundado por el Consejo de Iglesias de San Francisco, ha crecido en su alcance: ministrando con la creciente población sin hogar de “La Ciudad”. Los Ministros Nocturnos recorren las calles de San Francisco entreteniendo a los noctámbulos; repartiendo desinfectantes para manos y mascarillas durante esta pandemia, así como calcetines nuevos; una necesidad continua de los no alojados.
El "Ministerio Nocturno" ha iniciado un ministerio para la comunidad LGBTQ+ que envejece y su Programa de Educación Pastoral Clínica está presentando una oportunidad de Oración Centrante junto con su meditación budista establecida para clientes que sufren una variedad de discapacidades emocionales.
El “Ministerio Nocturno” patrocina un servicio telefónico nacional de “Línea de atención”, que complementa otros servicios de llamadas de crisis. Los consejeros de apoyo voluntarios están disponibles entre las 8:00 p. m. y las 4:00 a. m. (hora del Pacífico). Superviso el turno de 10:00 pm a 2:00 am regularmente. Los domingos y jueves, el "Ministerio Nocturno" alberga lo que se llama "Catedral Abierta", un servicio de adoración al aire libre.
Fue este culto dominical, en UN Plaza donde se firmó la Carta de la ONU de 1945, que un pequeño grupo de fieles sin hogar se reunió para cantar, orar, escuchar las Escrituras y recibir la Comunión. Sentado a una distancia segura de seis pies durante el servicio, mi mente divagó recordando la historia del fundador de los Oblatos, San Eugenio De Mazenod, quien visitó a los pescaderos de Marsella, Francia, y predicó a los pobres, reconociendo su pésima posición en la sociedad. . Mirando a mi alrededor, absorbiendo la escena que se desarrollaba ante mí, me pareció correcto estar en su espacio, aunque sea brevemente, siendo testigo de la dignidad humana intrínseca del equipo sin hogar, una dignidad negada o ignorada por una ciudad rica en tecnología.
Fui sacado de mi ensoñación, devuelto a la realidad, cuando llegó el momento de repartir los 100 almuerzos después del servicio dominical. Al principio, la entrega fue ordenada, saludando a cada persona y reconociéndolas por su nombre. Pero cuando se corrió la voz como un incendio forestal en California, me encontré rodeado y abrumado por las hordas de personas sin hogar que buscaban una bolsa de almuerzo.
No había tiempo para pensar y mucho menos para saludar a cada persona. Toda la dignidad humana se evaporó en el momento de la privación y los instintos de supervivencia. Estaba desconsolado por las necesidades abrumadoras de ese día, en la “Plaza” donde nació la esperanza mundial.
Continúo mi ministerio en la línea telefónica y busco esforzarme, llegando a las personas sin hogar e involucrando a la población LGBTQ+ que envejece en San Francisco. Con el apoyo del Sagrado Corazón y mi comunidad oblata, busco profundizar el carisma oblato dentro de mí.
“Ministerio nocturno” ilumina la oscuridad
Por el P. Scott Hill, OMI
Antes de la festividad de Acción de gracias en Estados Unidos, se celebra la fiesta de Cristo Rey y en este día, la Parroquia Oblata del Sagrado Corazón, guiada por el párroco P. Bill Mason, OMI, preparó 100 bolsas de almuerzo con sándwiches de pavo/jamón, papas fritas, una barra nutricional, galletas y un par de bebidas para los que no tienen vivienda en San Francisco. Este proyecto forma parte del ministerio nocturno (sfnightministry.org), fundado en los años 60.
Este ministerio, fue fundado por el consejo de Iglesias de San Francisco y ha aumentado atendiendo a la población creciente de los de sintecho de “La ciudad”. Los ministros nocturnos registran durante esta pandemia las calles de San Francisco para atender a los noctámbulos, repartiendo desinfectantes para las manos y mascarillas, así como calcetines nuevos, una necesidad constante de quienes viven en las calles.
El “ministerio nocturno” ha iniciado un ministerio para la comunidad LGBTQ+ que envejece y su programa de educación pastoral clínica está introduciendo una oportunidad de oración centrada en la meditación budista para personas que sufren distintos trastornos emocionales.
El “ministerio nocturno” patrocina un servicio telefónico nacional de “Línea de atención”, que atiende el servicio de llamadas en momentos de crisis. Los consejeros de apoyo voluntarios están disponibles de 8:00 pm a 4:00 am (hora del Pacífico). Yo superviso el turno de 10:00 pm a 2:00 am periódicamente. Los domingos y los jueves el “ministerio nocturno” organiza lo que se llama “Catedral abierta”, un culto al aire libre. Fue en este culto dominical, en la Plaza de la ONU, donde se hizo la carta de la ONU de 1945, donde un pequeño grupo de fieles sintecho se reunió para cantar, rezar, escuchar las escrituras y recibir la comunión.
Sentado a una distancia segura de dos metros durante el servicio, mi mente divagaba recordando la historia del fundador de los oblatos, San Eugenio De Mazenod, que visitó a los pescadores de Marsella, Francia, y predicó a los pobres, reconociendo su triste posición en la sociedad. Mirando a mi alrededor, empapándome de la escena que se desarrollaba ante mí, me sentí bien al estar en ese espacio, pero solo por un momento, porque volví a la realidad y siendo testigo de la dignidad humana intrínseca de los que no tienen vivienda, y sabiendo que esa dignidad es negada o ignorada por una ciudad de riqueza tecnológica, esto no puede hacer sentir bien a nadie. Salí de mi sueño cuando llegó el momento de repartir los 100 almuerzos después del servicio dominical. Al principio, el reparto fue ordenado, saludando a cada persona y reconociéndola por su nombre. Pero como un incendio forestal en California, se corrió la voz, que se estaba repartiendo almuerzos, me encontré rodeado y abrumado por la multitud de personas que buscaban una bolsa de almuerzo.
No había tiempo para pensar y mucho menos para saludar a cada persona. Toda la dignidad humana se evaporó en el momento de la privación y los instintos de supervivencia. Aquel día, en la “Plaza” donde nació la esperanza del mundo, se me rompió el corazón ante las necesidades abrumadoras.
Continúo con mi ministerio en la línea de llamadas y busco extenderme, llegando a los que no tienen vivienda y comprometiéndome con la población LGBTQ+ envejecida de San Francisco. Con el apoyo de la parroquia del Sagrado Corazón y de mi comunidad oblata, busco profundizar el carisma Oblato dentro de mí.
junio 2021
Junio de 2021
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