Los Oblatos Celebran 175 Años en Sri Lanka

A los veinte años de la fundación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, San Eugenio de Mazenod, el fundador, buscaba expandir su presencia más alla de Europa. Uno de los lugares elegidos para establecerse fue un pequeño país isleño fuera de la costa de India, Ceylán (que hoy conocemos como Sri Lanka).

San Eugenio envió cuatro misioneros a la isla remota y sabían muy poco del país. Dos de ellos eran franceses, un italiano y un irlandés. A su llegada a la isla, la población católica era escasa, pues la mayoría eran ya fuera budista o hindús, además de un pequeño grupo de musulmanes.

“Solo podemos imaginar la enorme confianza que tenían en Dios para aventurarse en ese territorio desconocido”, dijo el P. Jeevendra Paul, O.M.I. “Se trató de Oblatos sobresalientes que dejaron una huella indeleble en las vidas de la gente a través de su excelencia y creatividad”.

Los primeros Oblatos en Sri Lanka eran excelentes para encontrar formas creativas de cubrir las necesidades espirituales y físicas de los pobres en la isla. Construyeron muchas iglesias y varias instituciones católicas, además de capacitar al clero indígena. San Eugenio estaba tan impresionado con el trabajo de los pioneros Oblatos en Sri Lanka, que en 15 años envió a 31 Oblatos más de Europa para trabajar ahí.

Al inicio de la misión, la mayoría de los Oblatos eran párrocos o administradores de las diócesis. Con el tiempo se diversificaron a nuevas formas de servir a los pobres: nuevos caminos de evangelización, rehabilitación social, ayuda psicológica y cuidado de los desplazados, refugiados, huérfanos, viudas y deserción escolar.

El trabajo de los Oblatos en Sri Lanka se vio seriamente impactado debido a dos crisis: una guerra civil de 25 años y un tsunami en 2004 que causó 37,000 muertes. Los Oblatos comenzaron varios programas de rehabilitación para los pobres, como construcción de casas temporales, alimentos, suministros y otros servicios de emergencia. Además se convirtieron en especialistas en asesoría psicológica y establecieron cinco Centros de Asesoría y Renovación Espiritual para ayudar a la gente a sanar y tener dirección en sus vidas.

Los ministerios juveniles también han estado al frente del trabajo de los Oblatos en Sri Lanka. Hoy administran varios orfanatos y escuelas técnicas para niños pobres.

En 1881 los Oblatos inauguraron la Escuela Técnica San Vicente en Maggona, el primer instituto de servicio social para niños desfavorecidos en Sri Lanka. La escuela sigue activa y los niños reciben educación, alojamiento, alimentos y atención médica.

Algunos de los niños son huérfanos y otros fueron abandonados por sus familias debido a problemas económicos o motivos personales. Reciben capacitación técnica/vocacional en carpintería, soldadura, mecánica, electricidad industrial, aire acondicionado y refrigeración.

Los Oblatos también crearon los Movimientos La-kri-vi (Niños Valientes de Acción) para promover y desarrollar la espiritualidad en niños de cinco a quince años. Actualmente participan en el programa más de 9,000 niños, en cerca de 400 aldeas en todo el país.

De cuatro misioneros hace 175 años, la misión de Sri Lanka ahora consta de 266 oblatos, la congregación religiosa de hombres más grande del país. Más de 70 de estos oblatos son seminaristas, un signo esperanzador para el futuro de las misiones. Los Oblatos de Sri Lanka han establecido misiones en los últimos años en India, Pakistán y Bangladesh y también han enviado misioneros a países de Asia, África y Europa.

“La vocación oblata es siempre fresca y relevante para el tiempo presente, incluso cuando los tiempos cambian rápidamente y surgen nuevas necesidades”, dijo el p. Pablo. “La celebración del 175° Aniversario de este año traerá conciencia del espíritu pionero de nuestros misioneros oblatos del pasado e inspirará a los oblatos del presente a aventurarse en el futuro confiando en Dios y en sí mismos”.