Oblates Celebrate Olympic Gold
When Sunisa Lee won the gold medal at the Olympics as the gymnastics all around champion, her family in St. Paul, Minnesota celebrated with great pride. And that included several Missionary Oblates.
Sunisa was the first Hmong American to compete for the United States in the Olympics. The Missionary Oblates have worked with the Hmong community in St. Paul for decades and continue to do so today. Several of the parishioners at the Oblates’ St. Patrick’s Church are members of Sunisa’s family.
Joua and Kou Ly are Oblate Associates and leaders of the Hmong Catholic Community at St. Patrick’s Church. Prior to the Olympics they contacted the Oblates to ask for prayers for Sunisa, their niece, who was attempting to make the U.S.A. Gymnastics team for the Tokyo Olympics.
Not only did Sunisa make the team, she went on to become the leader of the U.S. squad. Her success at the Olympics brought an abundance of joy to the Hmong community, an ethnic group from southeast Asia that most people had
no knowledge about.
The Hmongs are primarily from Laos and were evangelized in the 1950s and 60s by Catholic missionaries, including the Missionary Oblates. The Hmongs were supporters of the United States during the Vietnam War. As a result, they were persecuted by the Communists
when they took over Laos.
Many Hmong fled the country, and thousands found their way to Minnesota. Father Daniel Taillez, O.M.I. also had to flee Laos and ended up in Minnesota where he led the Oblates’ ministry to the Hmong people for decades.
For more than 40 years the Oblates in St. Paul, Minnesota have been working with the Hmong community to meet their spiritual needs and to help them preserve their culture. The Oblates founded the Hmong American National Catholic Association to develop prayer books, hymnals and other worship materials for Hmong Catholics.
Over the years, the Oblates in Minnesota have baptized more than 500 people of Hmong heritage into the Church. Today, they continue to have an extensive outreach to the Hmong community and offer a Mass in Hmong every month.
Sio Lo, a parishioner at St. Patrick’s Parish, said the Oblates have truly been at the forefront of ministering to the Hmong people.
“About a century ago, it was Oblate priests from France that found our people in the jungles of Laos. They risked their lives to find us there. Once they found us, they took the time to learn our culture and our ways, in order to truly teach us about Our Lord and Savior Jesus Christ,” said Sia.
“Today we are most thankful for our Oblate priests. Through Christ they clean our souls every Sunday with holy water and protect us from evil. Through Christ they teach us the blessings of Heaven and the true purpose of life. Through the power of Christ, they have led us to be closer to God and for that we cannot thank them enough.”
Los Oblatos Celebran el Oro Olímpico
La medalla de oro en gimnasia que ganó en las Olimpiadas Sunisa Lee fue celebrada con gran orgullo por su familia y varios Misioneros Oblatos en St. Paul, Minnesota.
Sunisa fue la primera Americana Hmong en competir por los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. Por décadas y hasta hoy, los Misioneros Oblatos han trabajado con la comunidad Hmong en St. Paul. Varios familiares de Sunisa son feligreses de la iglesia San Patricio.
Joua y Kou Ly son Asociados Oblatos y líderes de la Comunidad Católica en San Patricio. Antes de las Olimpiadas estuvieron en contacto con los Oblatos pidiendo sus oraciones por Sunisa, su sobrina, que estaba concursando para formar parte del equipo de Gimnasia de los E.U. para las Olimpiadas de Tokio.
Sunisa no solo ingresó al equipo, sino que se convirtió en la líder. Su éxito en las Olimpiadas trajo mucha alegría a la comunidad Hmong, un grupo étnico del sureste de Asia, que la mayoría de la gente no conocía.
Los Hmong provienen básicamente de Laos y fueron evangelizados en las décadas de los ´50 y ´60 por misioneros católicos, incluidos los Oblatos. Los Hmong apoyaron a los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, por lo que fueron perseguidos por los Comunistas cuando se apoderaron de Laos.
Muchos Hmong huyeron del país y miles de ellos llegaron a Minnesota. El Padre Daniel Taillez, O.M.I. también había salido de Laos y llegado a Minnesota, donde por décadas estuvo a cargo del ministerio de los Oblatos con los Hmong.
Los Oblatos han trabajado con la comunidad Hmong por más de 40 años en St. Paul, Minnesota, ayudándoles en sus necesidades espirituales y a conservar su cultura. Los Oblatos fundaron la Asociación Nacional Católica Americana Hmong para elaborar libros de oración, himnarios y otros materiales de culto para los católicos Hmong.
A través de los años, los Oblatos en Minnesota han bautizado a más de 500 personas de origen Hmong y actualmente siguen teniendo una gran difusión en esa comunidad, celebrando una Misa en su idioma cada mes.
Sio Lo, feligrés de la iglesia San Patricio comentó que los Oblatos realmente han estado a la vanguardia del ministerio con los Hmong.
“Hace aproximadamente un siglo los sacerdotes Oblatos de Francia llegaron con nuestra gente en la selva de Laos, arriesgando sus vidas para encontrarnos. Una vez que lo hicieron tomaron tiempo para aprender nuestra cultura y costumbres para en verdad enseñarnos acerca de Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo”, dijo Sia.
“Hoy estamos sumamente agradecidos con nuestros sacerdotes Oblatos que cada domingo limpian nuestras almas con agua bendita y nos protegen del mal. A través de Cristo nos enseñan que el verdadero propósito en la vida es tener las bendiciones celestiales y a través del poder de Cristo nos han acercado a Dios, lo que no les podemos agradecer lo suficiente”.
P. Louis Studer, O.M.I.
Provincial, Provincia de los Estados Unidos
February 2022
Febrero de 2022
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