Standing on the Shoulders of Giants
Father Steven Montez, O.M.I. began his life as a Missionary Oblate priest on Friday, September 17, 2021. On Saturday he celebrated his first Mass for Oblates approaching the end of their earthly ministries.
“When I was a scholastic, we had to move in with the elder priests for six months while our new house was being built,” said Fr. Steven. “They took me in and were so wonderful. They were always praying for me, so it made sense that for my first Mass I would return the favor and do the same for them.”
As the newest Missionary Oblate priest in the United States, Fr. Steven understands that he is continuing a legacy of serving the poor and needy established by generations of Oblates. It is a legacy that has been part of his life since birth.
Father Steven was literally born into the Oblate family. His uncle, Fr. Manuel Villarreal, O.M.I. is an Oblate priest who performed Steven’s Baptism. Father Steven grew up in St. Martin de Tours Parish in Kingsville, Texas which was staffed by the Oblates. One of his mentors was Fr. Jim Foelker, O.M.I. who was sitting in the first row for Fr. Steven’s first Mass.
As a student at the University of Texas – Austin, Fr. Steven was pursuing a degree in Biochemistry but felt something was missing in his life.
“Throughout my first year I couldn’t help but feel that something was off, and I felt like I didn’t belong there. I had friends and did decent in the coursework, but it was something deeper,” said Fr. Steven. “While praying about what it was that God wanted me to do, a very clear idea came to me: religious life. It then became obvious that God placed wonderful Oblates in my life to show me their charism in action, caring for the poor and abandoned. At the thought of becoming an Oblate I felt a quiet peace.”
So, Fr. Steven contacted Fr. Charles Banks, O.M.I. the Oblate Vocation Director about joining the Oblates. Word of the decision spread fast. Father Banks called Fr. Villarreal, who then called Fr. Steven’s mother. By the time Fr. Steven got back to his dorm room, mom was on the phone thrilled with his decision.
Father Steven entered the Oblates’ pre-novitiate program in Buffalo, New York and studied philosophy. He then spent a year discerning his calling at the Immaculate Heart of Mary Novitiate. As a scholastic, he studied at Oblate School of Theology (OST) in San Antonio, Texas.
While attending OST, Fr. Steven spent his pastoral internship at the Immaculate Conception Cathedral in Brownsville, Texas. The cathedral was built by the Oblates and has been staffed by them for decades.
At the cathedral parishioners often mentioned to Fr. Steven their deep love for a former rector there, Fr. Pasquale Lanese, O.M.I. When it was time for Fr. Steven to choose his Oblate Cross, a tradition of a new Oblate receiving the cross of a deceased Oblate, Fr. Steven decided he wanted Fr. Lanese’s cross to continually remind him to be close to the people he serves.
While in Brownsville Fr. Steven also became friends with the Most Rev. Daniel Flores, Bishop of Brownsville. Bishop Flores was honored to accept Fr. Steven’s request to preside at his ordination.
After his ordination, Fr. Steven was assigned to be Assistant Pastor at Most Precious Blood Parish in Chula Vista, California.
But before he left for his first assignment, Fr. Steven made sure to thank the elder Oblates who inspired him along the way. One of those Oblates was Fr. Pat Guidon, O.M.I. who at age 96 was celebrating his 70th Anniversary as an Oblate priest.
Father Steven made sure that Fr. Pat received his first blessing, a special moment between the oldest and youngest Oblate priest in San Antonio.
“My Oblate journey has been a continuing step of walking with my brother Oblates and Christ,” said Fr. Steven. “They have
accompanied me all this way, and we are going to keep on trekking together.”
De pie sobre los Hombros de Gigantes
El Padre Steven Montez, O.M.I. inició su vida como sacerdote Misionero Oblato el viernes 17 de septiembre de 2021 y al día siguiente celebró su primera Misa con los Oblatos que están por terminar sus ministerios terrenales.
“Cuando era escolástico me mudé con los sacerdotes mayores por seis meses, mientras construían nuestra nueva casa”, comentó el P. Steven. “Me recibieron y fueron maravillosos; siempre pedían por mi, por lo que tenía sentido que devolviera el favor en mi primera Misa e hiciera lo mismo por ellos”.
Como el sacerdote Misionero Oblato más reciente en los Estados Unidos, el P. Steven sabe que continúa un legado de servicio a los pobres y necesitados que los Oblatos establecieron hace generaciones. Este legado ha sido parte de su vida desde que nació.
El Padre Steven literalmente nació en la familia Oblata, pues fue bautizado por su tío, el P. Manuel Villarreal, O.M.I., sacerdote Oblato. El Padre Steven creció en la Parroquia San Martín de Tours en Kingsville, Texas, que era atendida por los Oblatos. Uno de sus pastores era el P. Jim Foelker, O.M.I., quien estuvo en primera fila en la Misa del P. Steven.
Siendo estudiante de Bioquímica en la Universidad de Texas – Austin, el P. Steven sintió que algo faltaba en su vida.
“Todo el primer año no pude evitar sentir que algo no estaba bien y que no pertenecía ahí. Tenía amigos que tenían notas decentes en la carrera, pero era algo más profundo”, dijo el P. Steven. “Cuando pedía que Dios me hiciera ver lo que quería, tuve una idea muy clara: la vida religiosa. Luego fue obvio que Dios había colocado Oblatos maravillosos en mi vida para que me mostraran el carisma en acción, cuidando a los pobres y abandonados. Al pensar en convertirme en Oblato me llegó la paz”.
Así que el P. Steven contactó al P. Charles Banks, O.M.I. Director Vocacional de los Oblatos sobre unirse a ellos. La noticia de la decisión se dispersó rápidamente: el Padre Banks llamó al P. Villarreal, quien luego llamó a la mamá del P. Steven. Para cuando el P. Steven regresó a su dormitorio, su mamá estaba al teléfono, feliz con su decisión.
El Padre Steven ingresó al programa de prenoviciado de los Oblatos en Buffalo, Nueva York y estudió filosofía. Después pasó un año de discernimiento acerca de su llamado en el Noviciado Inmaculado Corazón de María. Como escolástico estudió en la Facultad Oblata de Teología (OST por sus siglas en inglés), en San Antonio, Texas.
Mientras estudiaba en OST, el P. Steven realizó su pasantía en la Catedral Inmaculada Concepción en Brownsville, Texas. La catedral fue construida por los Oblatos, quienes han trabajado en ella por décadas.
En la catedral, los feligreses a menudo le comentaban al P. Steven su profundo cariño por un rector anterior, el P. Pasquale Lanese, O.M.I. Cuando fue el momento de que el P. Steven eligiera su Cruz Oblata, una tradición en la que un nuevo Oblato recibe la cruz de uno fallecido, el P. Steven decidió que quería la cruz del P. Lanese, para que fuera un constante recordatorio para estar cerca de la gente con la que trabaja.
En su estancia en Brownsville, el P. Steven también se hizo amigo del Muy Rev. Daniel Flores, Obispo de Brownsville. El Obispo Flores se sintió honrado de aceptar la solicitud del P. Steven de presidir en su ordenación.
Tras ser ordenado, el P. Steven fue asignado como Pastor Asistente en la Parroquia Preciosísima Sangre en Chula Vista, California.
Antes de partir a su primera asignación, el P. Steven se aseguró de agradecer a los Oblatos mayores, quienes le inspiraron en su trayecto. Uno de ellos fue el P. Pat Guidon, O.M.I. quien a los 96 años, estaba celebrando su 70 Aniversario como sacerdote Oblato y recibió la primera bendición del Padre Steven, un momento especial entre el sacerdote Oblato más antiguo y el más joven en San Antonio.
“Mi camino como Oblato siempre ha sido un continuo caminar con Cristo y mis hermanos Oblatos”, dijo el P. Steven, “ellos me han acompañado en todo momento y seguiremos juntos en este sendero”.
P. Louis Studer, O.M.I.
Provincial, Provincia de los Estados Unidos
February 2022
Febrero de 2022
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