A Celebration Of Faith And Hope
In January, Catholics from around the world celebrated the 150th Anniversary of a miraculous apparition of Our Lady in a small French village. For the Missionary Oblates, the celebration was a family affair.
The apparition of Our Lady of Pontmain (also known as Our Lady of Hope) took place in the village of Pontmain, France. At the time, France and Prussia were at war and many of the young men from Pontmain were involved in area battles. The Prussian army was very close to Pontmain and the villagers prayed every day for the safe return of their sons.
On January 17, 1871, Eugene Barbedette, age 12, and his brother Joseph, age 10, were feeding cattle on their family farm. They were also praying the rosary, asking for the safe return of their brother, Auguste, who was fighting in the war. As the boys stepped out of the family’s barn, they looked up and saw a vision of the Blessed Mother in the evening sky.
The boys called out to their father who could not see the vision. When the parish priest and other villagers arrived they too could not see Our Lady. However when two neighborhood girls arrived they confirmed the presence of the Blessed Mother.
Our Lady appeared to the children for three hours and gave them a message of prayer and hope. She told them, “Pray my children, God will hear you in a little while.”
Just a few days later, the Prussian army began to retreat from the area. In less than ten days a peace agreement had been signed. The villagers considered the sudden end to the conflict a miracle. The local bishop questioned the four children, recognized the authenticity of the apparition and approved devotion to Our Lady of Pontmain.
The Oblate connection to Our Lady of Pontmain includes the youngest visionary, Joseph. The youngster had always been fascinated by the Catholic faith. At a very young age he told his parents he wanted to be a missionary.
Joseph would later decide to join the Missionary Oblates, a newlycreated order of priests and brothers focused on ministering to the poor in the French countryside. Joseph was ordained an Oblate priest in 1884 and ministered in parishes for 46 years. He was known as the “Priest of Mercy.”
Shortly after the apparition was recognized, several Catholic congregations asked the local bishop if they could minister to pilgrims who began visiting the site. Bishop Casimir Wicart decided to choose the little-known Missionary Oblates because he said the Oblates focused on ministering to “the humble people who come to Mary with their ultimate hope in her.”
The Oblates arrived in Pontmain in 1872. They organized pilgrimages, built a temporary chapel and then the basilica with a capacity of 1,500 worshipers. Today the Oblates have a retreat center next to the shrine where several Oblate chaplains help to take care of the needs of about 300,000 pilgrims every year.
Una celebración de fe y esperanza
En enero, los católicos de todo el mundo celebraron el 150 aniversario de una aparición milagrosa de la Virgen en un pequeño pueblo francés. Para los misioneros Oblatos, la celebración fue una celebración familiar cercana a la historia de nuestra congregación.
La aparición de Nuestra Señora de Pontmain (también conocida como Nuestra Señora de la Esperanza) tuvo lugar en el pueblo de Pontmain, Francia. En aquella época, Francia y Prusia estaban en guerra y muchos de los jóvenes de Pontmain participaban en las batallas de la zona. El ejército prusiano estaba muy cerca de Pontmain y los habitantes del pueblo rezaban todos los días para que sus hijos regresaran sanos y salvos.
El 17 de enero de 1871, Eugene Barbedette, de 12 años, y su hermano Joseph, de 10, estaban alimentando el ganado en la granja familiar. También rezaban el rosario, pidiendo el regreso de su hermano Auguste, que estaba luchando en la guerra. Cuando salieron del granero de la familia, miraron hacia arriba y vieron una visión de la Virgen en el cielo del atardecer.
Los niños llamaron a su padre, que no pudo ver la visión. Cuando llegaron el párroco y otros habitantes del pueblo, tampoco pudieron ver a la Virgen. Sin embargo, cuando llegaron dos niñas del barrio confirmaron la presencia de la Virgen.
La Virgen se apareció a los niños durante tres horas y les dio un mensaje de oración y esperanza. Les dijo: “Rezad, hijos míos, Dios os escuchará dentro de poco”.
Pocos días después, el ejército prusiano comenzó a retirarse de la zona. En menos de diez días se había firmado un acuerdo de paz. Los aldeanos consideraron un milagro el repentino fin del conflicto. El obispo local interrogó a los cuatro niños, reconoció la autenticidad de la aparición y aprobó la devoción a Nuestra Señora de Pontmain.
La conexión Oblata con Nuestra Señora de Pontmain incluye al vidente más joven, José. El joven siempre había estado fascinado por la fe católica. A una edad muy temprana dijo a sus padres que quería ser misionero.
Más tarde, Joseph, decidió unirse a los misioneros Oblatos, una orden de sacerdotes y hermanos recién creada que se dedicaba a atender a los pobres de la campiña francesa. José fue ordenado sacerdote oblato en 1884 y ejerció su ministerio en parroquias durante 46 años. Era conocido como el “Sacerdote de la misericordia”.
Poco después de que se reconociera la aparición, varias congregaciones católicas preguntaron al obispo local si podían atender a los peregrinos que comenzaron a visitar el lugar. El obispo Casimir Wicart decidió elegir a los poco conocidos misioneros Oblatos porque dijo que los Oblatos se centraban en atender a “la gente humilde que viene a María con su última esperanza en ella”.
Los Oblatos llegaron a Pontmain en 1872. Organizaron peregrinaciones, construyeron una capilla temporal y luego la basílica con capacidad para 1,500 fieles. Hoy tienen un centro de retiros junto al santuario, donde varios capellanes Oblatos ayudan a atender las necesidades de unos 300,000 peregrinos cada año.
June 2021
Junio de 2021
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Inside
A Sign Of God’s Love For 100 Years
A Journey Of Perseverance And Joy
Father Gil Makes Everyone Smile
A Celebration Of Faith And Hope
My Vocation Story: Fr. Jim Allen, O.M.I.
Earning His Wings — Fr. Jim Foelker, O.M.I.
A Future Missionary For The Poor
Four Oblates Profess Perpetual Vows
“Night Ministry” Shines Light Into Darkness