A Sign Of God’s Love For 100 Years
On November 2, 2020, Fr. Clarence Zachman, O.M.I. celebrated his 100th Birthday. The senior Oblate in the United States has ministered all over the world, and for nearly 40 years to pilgrims at the National Shrine of Our Lady of the Snows.
Born on a snowy day to devout Catholic parents in Rogers, Minnesota he shared family life with three brothers and three sisters. One of his younger brothers, Francis, also became an Oblate while his sisters joined the School Sisters of St. Francis in Milwaukee. Two of them are still living, Sr. Cecilia and Sr. Rosalia.
He attributes his own religious vocation to an encounter he had with Jesus at the time of his First Communion. Told by the nuns that Jesus would grant anything they asked for on the occasion of their First Communion, young Clarence simply asked Jesus: “What do you want of me when I get big?” And Jesus told him to become a priest. After high school, Clarence entered the Oblates’ minor seminary in Belleville, Illinois. He was ordained to the priesthood in 1948.
His first assignment was at the recently-opened Oblate minor seminary, Our Lady of the Ozarks, in Carthage, Missouri where he taught typing and religion and served as Treasurer until 1961. In those years, besides keeping the books and keeping the seminarians and staff well fed, he often had to serve as chief maintenance person, picking up skills as plumber, electrician, groundskeeper and general handyman.
His life took a much different turn in 1961 when he joined the United States Air Force as a Military Chaplain, and for the next 20 years was stationed in countries all over the world. “As Oblates we are called to serve the poorest of the poor,” said Fr. Clarence. “As an Air Force Chaplain, I met many people who needed help, especially during wartime. I was honored to serve people serving our country.”
After his retirement from the Air Force in 1981, Fr. Clarence had a couple of brief stints in parish work before coming to the Shrine, where he first served as Chaplain at the Apartment Community. He later spent many years with the pilgrimage staff at the Shrine.
“I helped out wherever I was needed. I would tell the pilgrims that God wants me to give them a message — that God loves you. That is the Good News. Eventually I developed the habit of telling people a simple message, ‘God loves you and so do I.’ I’m sure I’ve repeated this phrase tens of thousands of times. It’s such a simple but vitally important message to be reminded of.”
In January 2020, Fr. Clarence moved back to the Shrine where he now resides at the St. Francis Assisted Living Center, a section of The Esquiline retirement community.
On the morning of November 2, local Oblates and some employees gathered around the entrance to the St. Francis Center with gifts and a large homemade card signed by all the Oblates. Father Clarence greeted the well-wishers and a “mini-party” took place in a safe, socially-distanced outdoor environment. The delighted Fr. Clarence held court with his brother Oblates and other well-wishers thanking them for the gifts and their presence on his special day.
Two years ago, on the occasion of his 70th Anniversary of priesthood, he stated: “What keeps me young is that I am always looking to improve my personal relationship with God. God has always had a plan for me. And I know that He will continue to have a plan for me for as long as I live. It’s simple, just let God be God, because God is love. I am always being reminded of His love. God has taken care of me every single day, and He will do so for every day to come.”
Un signo del amor de Dios durante 100 años
El 2 de noviembre de 2020, el P. Clarence Zachman, O.M.I. celebró su centenario. El Oblato más mayor de los Estados Unidos. Él ha ejercido su ministerio en varias partes del mundo; durante casi 40 años sirvió a los peregrinos del Santuario Nacional de Nuestra Señora de las Nieves.
Nacido en un día nevado, en Rogers, Minnesota, de padres católicos devotos, compartió la vida familiar con tres hermanos y tres hermanas. Uno de sus hermanos menores, Francis, también entro con los Oblatos, mientras que sus hermanas se unieron a las hermanas Educadoras de San Francisco en Milwaukee. Dos de ellas aún viven, la hna. Cecilia y Rosalía.
El, atribuye su propia vocación religiosa a un encuentro que tuvo con Jesús en el momento de su primera comunión. Cuando las monjas le dijeron que Jesús le concedería cualquier cosa que pidiera con motivo de su primera comunión, el joven Clarence simplemente le preguntó a Jesús: “¿Qué quieres de mí cuando sea grande?”. Y Jesús le dijo que se hiciera sacerdote. Después de la escuela secundaria, Clarence ingresó en el seminario menor de los Oblatos en Belleville, Illinois. Fue ordenado sacerdote en 1948.
Su primera destinación fue a el recién inaugurado seminario menor de los Oblatos en Carthage, Missouri, Nuestra Señora de los Ozarks, donde enseñó mecanografía y religión y fue tesorero hasta 1961. En esos años, además de llevar la contabilidad y mantener bien alimentados a los seminaristas y al personal, a menudo tuvo que servir de jefe de mantenimiento, adquiriendo conocimientos de fontanero, electricista, jardinero y un manitas en general.
Su vida dio un giro muy grande en 1961, cuando se alistó en las fuerzas aéreas de Estados Unidos como capellán militar, cargo que llevaría adelante por 20 años.
En los países donde estamos presentes, como Oblatos estamos llamados a “servir a los más pobres entre los pobres. Como capellán de la fuerza aérea, conocí a muchas personas que necesitaban ayuda, especialmente en tiempos de guerra tuve el honor de servir a la gente que servía a nuestro país”, dijo el P. Clarence.
Después de su retiro de la fuerza aérea en 1981, el P. Clarence tuvo un par de breves períodos sirviendo en algunas parroquias antes de venir al Santuario, donde primero sirvió como capellán en la comunidad de apartamentos. Posteriormente, pasó muchos años con el personal encargado de los peregrinos del Santuario.
“Ayudaba allí donde se me necesitaba”, lo decía a menudo el P. Clarence. El solía decirles a los peregrinos que Dios quiere que les dé un mensaje: que Dios os ama. Esa es la buena noticia. Con el tiempo desarrolló el hábito de decirle a la gente ese mensaje sencillo: “Dios te ama y yo también”. El P. Clarence, comentaba, “estoy seguro de que he repetido esta frase decenas de miles de veces. Es un mensaje tan sencillo, pero de vital importancia que hay que recordar siempre”.
En enero de 2020, el P. Clarence se trasladó de nuevo al Santuario, donde ahora reside en el centro de vida asistida San Francisco, una sección de la comunidad de jubilados de Esquiline.
En la mañana del 2 de noviembre, los Oblatos locales y algunos empleados se reunieron alrededor de la entrada del centro San Francisco con regalos y una gran tarjeta hecha a mano, firmada por todos los Oblatos. El padre Clarence saludó a los simpatizantes y se celebró una “mini fiesta” en un entorno exterior seguro y manteniendo la distancia social. El P. Clarence, encantado, mantuvo un cortejo con sus hermanos Oblatos y los demás simpatizantes, agradeciéndoles los regalos y su presencia en su día de su cumpleaños.
Hace dos años, con motivo de su 70º aniversario de sacerdocio, declaró: “Lo que me mantiene joven es que siempre busco mejorar mi relación personal con Dios. Dios siempre ha tenido un plan para mí. Y sé que seguirá teniendo un plan para mí mientras viva. Es simple, sólo hay que dejar que Dios sea Dios, porque Dios es amor. Él siempre me recuerda su amor. Dios ha cuidado de mí todos los días, y lo hará durante todos los días venideros”.
June 2021
Junio de 2021
Desplácese hacia abajo en los artículos de la versión en español.
Inside
A Sign Of God’s Love For 100 Years
A Journey Of Perseverance And Joy
Father Gil Makes Everyone Smile
A Celebration Of Faith And Hope
My Vocation Story: Fr. Jim Allen, O.M.I.
Earning His Wings — Fr. Jim Foelker, O.M.I.
A Future Missionary For The Poor
Four Oblates Profess Perpetual Vows
“Night Ministry” Shines Light Into Darkness