October 2018
Octubre de 2018
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Inside
From the Provincial Fr. Louis Studer, O. M. I.
150 Years in Lowell, Massachusetts
The Bearer of St. Eurgene’s Mission Cross
Oblates Minister to War Refugees in Cameroon
Celebrating the 50th Jubilee Year in India
Oblate Galilee Farm Helps Rural Poor in the Philippines
Father Johan Finney, O.M.I. shares photos from his mission station in Bangledesh
Oblate Jubilarian – Fr. Sherman Wall, O.M.I. 60 Years of Priesthood
Newest Cardinal is Part of Oblate Family
Oblates Preserving Hmong Culture in Minnesota
Oblate Crossings
Donor Highlight – Sally Gomez-Jung
Finding Happiness Among the Oblates
Years of Oblate Vocation
“I am more than a priest, I am an Oblate priest!”
The Ordination of Fr. Victor Manuel Patricio Silva, Ο.Μ.Ι.
On May 18, 2018 Fr. Victor Manuel Patricio Silva, O.M.I. was ordained to the priesthood. It was the conclusion of a long and winding road to the ordination of the newest Missionary Oblate.
“I had a few struggles, but when you love something those circumstances take second place,” said Fr. Victor. “Love is the key. I know it is God who first loved me. I am only responding to this infinite love of God.”
Born in Acapulco, Mexico Fr. Victor grew up in a Catholic family of ten children. Although he attended Mass and did his sacraments, he had no real interest in priestly life as a child. But that changed at age 15 when he participated in a three-day retreat where he had his first personal encounter with Jesus.
Father Victor looked for a Catholic youth group to join but he didn’t find anything that met his needs. So he started his own youth group. One of the teens in his group was considering religious life so Fr. Victor accompanied him to an Oblate vocation retreat. God used that retreat to nudge Fr. Victor towards the priesthood, thus beginning his Oblate journey.
Father Victor attended a Come and See with the Oblates in Mexico City and then joined the pre-novitiate program in Tijuana, which is a ministry of the Oblates’ United States Province. He then continued his formation in the United States. When he arrived at the novitiate in Godfrey, Illinois he knew only a handful of English words.
After studies at Oblate School of Theology (OST) in San Antonio, Texas Fr. Victor was ordained to the priesthood on May 18 at the OST chapel. His brother Oblate, Bp. Michael Pfeifer, O.M.I. presided at the ordination.
Nearly a dozen family members from Mexico came to the ordination including his father, Hermelindo. His mother, Leonor, was present in spirit. Leonor passed away in 1997 during an asthma attack. A family member held pictures of Leonor in the first pew to watch over the ordination of her son.
Father Victor now proudly carries his Oblate Cross. As is tradition, Oblates receive a cross that had previously belonged to a deceased Oblate. Father Victor chose the cross of Fr. Ed De Leon, O.M.I. who passed away in February, 2017. As a seminarian, Fr. Victor had become good friends with Fr. Ed who was living at the Oblates’ retirement home in San Antonio. Father Ed became a spiritual advisor to Fr. Victor and helped to guide him along his path to the priesthood.
Father Victor’s first assignment is at Santa Rosa Parish in San Fernando, California. Santa Rosa is one of the largest Oblate parishes in the United States with a church that holds about 1,000 people. There are ten Masses on the weekend.
Shortly after his ordination, Fr. Victor proudly proclaimed that he is not just a priest, but an Oblate priest. He takes great pride in being part of a congregation that concentrates on helping people in need who are struggling, just like he did as a young person in Mexico.
“The world needs people who serve the poor. Through the poor I will encounter Jesus,” said Fr. Victor. “I ask for your prayers so that I may be a priest who lives and transmits the hope and joy of the Gospel. God bless!”
“¡Soy más que un sacerdote, soy un sacerdote Oblato!”
Ordenación del P. Víctor Manuel Patricio Silva, O.M.I.
El 18 de mayo del 2018 el P. Víctor Manuel Patricio Silva, O.M.I. fue ordenado al sacerdocio, como conclusión de un largo y sinuoso camino para llegar a la ordenación del nuevo Misionero Oblato.
“Tuve algunas dificultades, pero cuando amas algo, esas circunstancias pasan a segundo lugar,” dijo el P. Víctor. “El amor es la clave y sé que Dios fue quien me amó primero. Solo estoy respondiendo a su infinito amor.”
Originario de Acapulco, Guerrero, México, el P. Víctor creció en una familia católica de diez hijos. Aunque asistía a Misa y tuvo los sacramentos, de niño no tenía un interés real en el sacerdocio. Pero eso cambió a los 15 años, cuando participó en un retiro de tres días, donde tuvo su primer encuentro personal con Jesús.
El Padre Víctor buscó un grupo juvenil católico para unirse, pero no encontró nada que cubriera sus necesidades, por lo que inició su propio grupo para jóvenes. Uno de los adolescentes en su grupo estaba considerando la vida religiosa, así que el P. Víctor lo acompañó a un retiro vocacional con los Oblatos. Dios utilizó ese retiro para impulsar al P. Víctor hacia el sacerdocio, dando comienzo a su trayecto como Oblato.
El Padre Víctor asistió al programa Ven a Ver con los Oblatos en la Ciudad de México y luego se unió al programa de pre-noviciado en Tijuana, ministerio Oblato de la Provincia de los Estados Unidos. Continuó su formación en los Estados Unidos y llegó al noviciado en Godfrey, Illinois, cuando solo sabía unas cuantas palabras en inglés.
Al terminar sus estudios en la Facultad Oblata de Teología en San Antonio, Texas, el P. Víctor fue ordenado al sacerdocio en la capilla de la Facultad, el 18 de mayo. Su hermano Oblato, el Obispo Michael Pfeifer, O.M.I. presidió la ordenación.
Cerca de doce familiares de México asistieron a la ordenación, incluyendo su padre, Hermelindo. Su madre, Leonor, le acompañó en espíritu. Leonor falleció en 1997 por un ataque de asma. Un familiar sostuvo fotografías de Leonor desde la primera banca, para presenciar la ordenación de su hijo.
El Padre Víctor lleva ahora con orgullo su Cruz Oblata. Como tradición, los Oblatos reciben una cruz que perteneciera a algún Oblato ya fallecido. El Padre Víctor eligió la cruz del P. Ed De León, O.M.I. quien falleciera en febrero de 2017. Siendo seminarista, el P. Víctor se hizo buen amigo del P. Ed, quien vivía en la casa de retiro de los Oblatos en San Antonio. El Padre Ed se convirtió en consejero espiritual del P. Víctor y ayudó a guiarlo en su trayecto al sacerdocio.
La primera asignación del P. Víctor fue a la parroquia Santa Rosa, en San Fernando, California. Santa Rosa es una de las parroquias más grandes de los Oblatos en los Estados Unidos y su iglesia da cabida a cerca de 1,000 personas. Hay diez Misas los fines de semana.
Poco después de su ordenación, el P. Víctor proclamó con orgullo que no es solo un sacerdote, sino un sacerdote Oblato. Se siente muy orgulloso de ser parte de una congregación que se enfoca a llevar ayuda a quienes la necesitan, como él cuando joven en México.
“El mundo necesita personas que atiendan a los pobres. A través de los pobres encontraré a Jesús”, dijo el P. Víctor. “Por favor recuérdenme en sus oraciones para que sea un sacerdote que viva y transmita la esperanza y alegría del Evangelio. ¡Dios les bendiga!”.