Oblate World Magazine October 2018October 2018
Octubre de 2018
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Inside
From the Provincial Fr. Louis Studer, O. M. I.
150 Years in Lowell, Massachusetts
The Bearer of St. Eurgene’s Mission Cross
Oblates Minister to War Refugees in Cameroon
Celebrating the 50th Jubilee Year in India
Oblate Galilee Farm Helps Rural Poor in the Philippines
Father Johan Finney, O.M.I. shares photos from his mission station in Bangledesh
Oblate Jubilarian – Fr. Sherman Wall, O.M.I. 60 Years of Priesthood
Newest Cardinal is Part of Oblate Family
Oblates Preserving Hmong Culture in Minnesota
Oblate Crossings
Donor Highlight – Sally Gomez-Jung
Finding Happiness Among the Oblates
Years of Oblate Vocation

Back to front: Fr. Ron Carignan, O.M.I. and Fr. Leo Dummer, O.M.I.

Taking the Road Less Traveled Together

At every meal, Fr. Ron Carignan, O.M.I. sits at the same table at the Oblate Madonna Residence in San Antonio, Texas.  To his right always sits Fr. Leo Dummer, O.M.I.  It’s an appropriate seating arrangement because Fr. Leo has been Fr. Ron’s right-hand man for more than 50 years.

“God put us together at the start of our ministries,” said Fr. Leo.  “We’ve been like a hand and a glove ever since.”

Father Ron and Fr. Leo started out as an Oblate odd couple.  Father Ron is from the Lowell, Massachusetts area outside of Boston.  As a child he attended St. Joan of Arc grade school with hundreds of other children.  Father Leo grew up on a farm in New Ulm, Minnesota.  He attended a one-room grade school.

As young men they both felt a calling to the priesthood and joined the Oblate formation program.  But throughout their time as seminarians, they never met each other, Fr. Ron studying for the priesthood on the East Coast and Fr. Leo in the Midwest.

In 1959 both men were ordained.  Most young Oblates at that time were looking at the foreign missions, and that was causing a shortage of Oblates in domestic ministries.  So Fr. Ron and Fr. Leo decided to stay home and go to the mission territory of California.  That’s where their paths first crossed.

For about the next 20 years, Fr. Ron and Fr. Leo taught and were administrators at high schools.  “We ran top notch schools,” said Fr. Ron.

“We taught everything and when we left a school we could say it was better than when we arrived,” said Fr. Leo as he finished his friends thought.

Father Ron had a gift for administrative work and would often become the principal at the school.  He would usually appoint Fr. Leo as the vice-principal. 

Eventually Fr. Ron took on administrative roles with the Oblates, including being named the Provincial for the Western Province.  When he needed a treasurer, it was no surprise that the first and only person he asked to take the job was Fr. Leo.

“He called and asked me to think about becoming the treasurer,” said Fr. Leo.  “Why would I need to think about it?  I’ll go wherever he asks me to go.”

That loyalty took on special meaning in 1997 when both men decided they were not ready for retirement.  Father Ron, who was finishing an assignment working at the Oblate General House in Rome, accepted the challenge of becoming the Superior of the Oblates’ ministries in Zambia.  Father Ron called Fr. Leo to tell him about his decision.  Within a short time, Fr. Leo was on a plane headed for Africa.

“I always asked Fr. Leo to take care of the money and that is what he did for the five years we were in Zambia together,” said Fr. Ron.  “He had every penny accounted for and that really helped us grow the mission there.”

One of their main accomplishments in Zambia was the creation of Radio Liseli, a radio station that broadcasts a variety of religious programming throughout the western part of the country.  In addition to religious programs, Radio Liseli also broadcasts programs that respond to local community concerns, creating space for people to air their concerns and get them addressed.

“Our work in Zambia required us to chart a daring path, a journey in which we could not be faint of heart or let fear hold us back,” said Fr. Ron.  “We had to be willing to take the difficult road, and in doing so we discovered that it was a wonderful place to be.”

Today, Fr. Ron and Fr. Leo are again at a place that they consider wonderful.  They live at the Oblate Madonna Residence along with about two dozen other retired Oblates.  Father Leo has trouble walking so Fr. Ron is there to push him in his wheelchair.  Father Ron occasionally has trouble remembering things, so Fr. Leo is there to help fill in the gaps.

They both enjoy reading, and one of their favorite books is The Road Less Traveled.  The book looks at how to overcome difficulties and challenges in a person’s life.

For Fr. Ron and Fr. Leo, they chose to take the road less traveled.  And because they took that road together, it was a road filled with much satisfaction, hope and joy.

De nuevo al frente: P. Ron Carignan, O.M.I. y el Padre. Leo Dummer, O.M.I.

Siguiendo Juntos El Camino Menos Transitado

En todas las comidas, el P. Ron Carignan, O.M.I. se sienta en la misma mesa en la Residencia Oblata Madonna en San Antonio, Texas. El P. Leo Dummer, O.M.I. siempre se sienta a su derecha y es un arreglo adecuado, pues el P. Leo ha sido la mano derecha del P. Ron por más de 50 años.
“Dios nos reunió al comienzo de nuestros ministerios,” dijo el P. Leo. “Hemos coincidido a la perfección desde entonces.”
El Padre Ron y el Padre Leo eran una extraña pareja de Oblatos al principio. El Padre Ron proviene del área de Lowell, Massachusetts, cerca de Boston. Siendo niño, asistía a la escuela primaria Santa Juana de Arco, junto con cientos de otros niños. El P. Leo creció en una granja en New Ulm, Minnesota y asistió a una primaria de solo un salón.
Muy jóvenes ambos sintieron ser llamados al sacerdocio y se unieron al programa de formación de los Oblatos. Pero nunca se conocieron siendo seminaristas, pues el P. Ron estudiaba en la costa Este y el P. Leo en el Medio Oeste.
Ambos fueron ordenados en 1959. En ese entonces, la mayoría de los jóvenes Oblatos buscaban ir a las misiones en el extranjero, ocasionando una escasez para los ministerios de los Oblatos en el país. Así que el P. Ron y el P. Leo decidieron quedarse en casa e ir al territorio misionero en California, donde por primera vez se encontraron sus caminos.
Tanto el P. Ron como el P. Leo fueron profesores y administradores en preparatorias por los siguientes 20 años. “Estábamos a cargo de las escuelas de primer nivel”, dijo el P. Ron.
“Dábamos clases de todo y al ir a otro lado, podíamos decir que la escuela era mejor que cuando habíamos llegado”, dijo el P. Leo, al completar el comentario de su amigo.
El Padre Ron tenía un don para el trabajo administrativo y a menudo se convertía en el director de la escuela. Normalmente nombraba al P. Leo como subdirector.
Eventualmente, el P. Ron tuvo puestos administrativos con los Oblatos, incluyendo ser nombrado Provincial para la Provincia del Oeste. Cuando se necesitó un tesorero, no fue de sorprender que la primera y única persona que buscara para el puesto fuera el P. Leo.
“Me llamó y pidió considerar ser el tesorero,” dijo el P. Leo. “¿Qué necesitaría pensar? Iría adonde me pidiera ir.”
Esa lealtad cobró un significado especial en 1997, cuando ambos decidieron no estar listos para retirarse. El P. Ron, que se encontraba terminando su asignación de trabajo en la Casa General de los Oblatos en Roma, aceptó el reto de ser Superior de los ministerios de los Oblatos en Zambia. El Padre Ron llamó al P. Leo para comentarle su decisión y en poco tiempo, el P. Leo se encontraba en un avión rumbo a África.
“Siempre le pedí al P. Leo encargarse de las finanzas, y fue lo que hizo los cinco años que estuvimos juntos en Zambia,” comentó el P. Ron. “Siempre sabía en qué se había utilizado cada centavo y fue lo que nos ayudó para expandir la misión ahí”.
Uno de sus principales logros en Zambia fue crear Radio Liseli, una estación de radio que transmite una variedad de programas religiosos a lo largo de la parte oeste del país. Además de los programa religiosos, Radio Liseli transmite también programas que atienen las preocupaciones de los locales, creando espacio para que las personas comenten lo que les preocupa y obtengan respuestas.
“Nuestro trabajo en Zambia requirió que hiciéramos un plan atrevido, un trayecto en el que no podíamos amilanarnos fácilmente ni permitir que el temor nos detuviera”, dijo el P. Ron. “Debíamos estar dispuestos a tomar el camino difícil, y al hacerlo, descubrimos que era un lugar maravilloso donde estar”.
Hoy en día, tanto el P. Ron como el P. Leo están de nuevo en un lugar que consideran maravilloso. Viven en la Residencia Oblata Madonna, junto con más de veinte Oblatos retirados. El P. Leo tiene problemas para caminar, por lo que el P. Ron lo lleva en su silla de ruedas. En ocasiones el P. Ron tiene dificultad para recordar cosas, por lo que el P. Leo está ahí para completar el hueco.
Ambos disfrutan la lectura y uno de sus libros favoritos es El Camino Menos Transitado, que analiza cómo sobreponerse a las dificultades y retos en la vida de una persona.
El P. Ron y el P. Leo eligieron seguir el camino menos transitado, y al hacerlo, fue un camino pleno de satisfacción, esperanza y alegría.