febrero 2018
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El cardenal más nuevo es parte de la familia oblata
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Encontrar la felicidad entre los oblatos
Años de vocación oblata

El cardenal más nuevo es parte de la familia oblata

Técnicamente, el cardenal Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun de Laos no es un misionero oblato. En realidad, ha sido parte de la familia oblata desde su nacimiento.
“Desde mi bautismo, siempre ha habido un oblato en mi vida”, dijo el cardenal Ling. “He sido formado por ellos. De ellos viene mi herencia de espiritualidad y espíritu de servicio”.
El 21 de mayo de 2017, el Papa Francisco nombró cardenal al poco conocido obispo de Laos. En ese momento, el Cardenal Ling se desempeñaba como Vicario Apostólico de Pakse y Administrador Apostólico de Vientiane. Se convirtió en el primer cardenal de Laos, un país comunista donde los católicos han sido perseguidos durante generaciones. Solo hay unos 45.000 católicos en todo el país y no hay diócesis. Que el Papa nombrara a un cardenal laosiano sorprendió a todos, especialmente al destinatario del honor.
“Alguien me llamó al teléfono y me dijo '¡felicidades obispo, ha sido elegido cardenal por el Papa!' Dije: 'No te creo'. Pensé que se estaba burlando de mí. Sin embargo, inmediatamente después de esa primera llamada hubo muchas otras llamadas y luego pensé que tal vez era cierto. Luego busqué en Internet para ver si realmente era yo y allí encontré mi nombre”.
El cardenal Ling nació en Bonha-Louang, Laos en 1944. Fue bautizado y educado por sacerdotes oblatos de Francia. Su madre era una conversa al catolicismo y la familia era muy pobre.
“Recuerdo que nunca pude pagar mis cuotas escolares”, dijo el cardenal Ling. “Por eso los oblatos que eran mis párrocos se ocuparon de eso. Aprendí de ellos que la difusión del Evangelio no es solo con palabras. Es el testimonio de tu propia vida. Estos misioneros oblatos fueron muy buenos ejemplos de ello. Siempre me preguntaba '¿por qué hacían todas estas cosas?' Pero después de un tiempo me dije algo más: 'Haz lo mismo'. Lo que los misioneros oblatos hicieron por mí fue poner en mi cabeza la convicción de que debo estar al servicio de la gente”.
El Cardenal Ling estudió para el sacerdocio en un seminario fundado por los Oblatos en la ciudad de Parksane. A medida que la guerra en Vietnam se intensificó y se extendió a Laos, los católicos se convirtieron en objetivos de los comunistas. Seis oblatos serían asesinados por los comunistas, incluido el párroco que inspiró al cardenal Ling cuando era niño. El joven seminarista fue enviado a Canadá para estudiar en Voluntas Dei, un instituto fundado por otro oblato, el p. Louis-Marie Parent, OMI Eventualmente, sería ordenado sacerdote en la comunidad Voluntas Dei.
En 1970, el cardenal Ling regresó a Laos como diácono y se le pidió que predicara un retiro en un pueblo llamado Ban Na Phong. A él se unieron dos catequistas, Luc Sy y Misam Pho Inpeng. Después de que se completó el retiro, el cardenal Ling experimentó el momento más horrible e importante de su vida.
“Los tres fuimos juntos y cumplimos nuestra misión. Pasamos una noche allí y al día siguiente queríamos volver a Vang Vieng. No había transporte, así que nos subimos a un camión militar. No estaba lejos de la aldea donde nos quedamos, tal vez a solo dos kilómetros de distancia cuando nos emboscaron. Había unas 14 personas en el camión y siete u ocho murieron. Luc Sy y Misan murieron en el acto”.
“De alguna manera escapé al pueblo y luego regresé en busca de mis amigos. Luego fueron enterrados junto a la carretera sin siquiera un ataúd, siguiendo las instrucciones de los militares, aunque queríamos enterrarlos en el pueblo. Luego tuve otro desafío: contar esta triste noticia a sus familias. Fue realmente una tarea difícil, nunca olvidaré ese incidente”.
“En realidad, fue ese incidente lo que me cambió. En ese momento cuando estaba solo conmigo mismo en la clandestinidad, pero todavía rodeado por los pistoleros, algo hizo clic dentro de mi corazón. ¿Por qué había sobrevivido? Empecé a reflexionar. Dios me hizo darme cuenta de que Él quería que yo sirviera a Su pueblo de una manera especial. Me dije a mí mismo: 'De ahora en adelante, seré sacerdote'. Estaba tan seguro de que Dios me llamó a ser sacerdote. Qué interesante que la decisión viniera como resultado del momento más aterrador de mi vida”.
Dos años más tarde, el cardenal Ling fue ordenado en una ceremonia apresurada en un campo de refugiados. Luego ejerció su ministerio como sacerdote siempre bajo la atenta vigilancia, y muchas veces siendo acosado por los comunistas. En 1984, los comunistas se cansaron del cura de los pobres y lo enviaron a un campo de reeducación. Durante más de tres años, el cardenal Ling se vio obligado a realizar trabajos forzados.
Después de su liberación, el cardenal Ling continuó con su ministerio sacerdotal. En 2001 fue designado para dirigir el Vicariato de Pakse. Continuaría teniendo más roles de liderazgo entre la Iglesia Católica en Laos. Hoy, incluso como cardenal, sigue siendo parte de la familia oblata, ya que ayuda a supervisar un pequeño equipo de oblatos que trabajan en una docena de parroquias o estaciones misioneras entre los pobres.
“Les digo a los oblatos que sean oblatos. Ir a las periferias. Esa es tu identidad. Por eso digo que un oblato debería ser un oblato”, dijo el cardenal Ling. “¿Por qué me eligió el Papa? Quizás porque insiste en la dimensión misionera de la Iglesia. El Papa Francisco y yo queremos ver la Iglesia en las periferias, una Iglesia de los pobres, una Iglesia misionera”.

El Cardenal más Reciente es Parte de la Familia Oblata

Técnicamente, el Cardenal Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun de Laos no es un Misionero Oblato. En la realidad, ha sido parte de la familia Oblata desde que nació.
“Siempre, desde mi bautismo, ha habido un Oblato en mi vida”, dijo el Cardenal Ling. “Ellos me formaron y mi herencia espiritual y espíritu de servicio proviene de ellos.”
El 21 de mayo de 2017 el Papa Francisco nombró Cardenal al poco conocido obispo de Laos. En ese entonces el Cardenal Ling era Vicario Apostólico de Pakse y Administrador Apostólico de Vientiane. Fue el primer cardenal de Laos, país comunista, donde los católicos han sido perseguidos por generaciones. Solo hay cerca de 45,000 católicos en todo el país y no hay diócesis. El nombramiento del Papa de un Cardenal laosiano sorprendió a todos, en especial a quien recibió el honor.
“Alguien me llamó por teléfono diciendo 'felicitaciones, Obispo, ¡el Papa lo eligió Cardenal! Y contesté 'no le creo.' Creí que se utilizó de una broma. Sin embargo, inmediatamente después de la primera llamada hubo muchas otras y pensé que tal vez era verdad. Después chequé en internet si se trababa de mí y encontré mi nombre”.
El Cardenal Ling nació en Bonha-Louang, Laos en 1944. Fue bautizado y educado por sacerdotes Oblatos franceses. Su madre se convirtió al catolicismo y la familia era muy pobre.
“Recuerdo que nunca me fue posible pagar mi colegiatura”, comentó el Cardenal Ling. “Así que los Oblatos, que eran mis párrocos, se encargaban de ello. Aprendí de ellos que llevaron el Evangelio no se trata solo de palabras, sino del testimonio de nuestra propia vida. Los misioneros Oblatos eran muy buenos, ejemplos de ello. Siempre me preguntaba '¿por qué hacían todas esas cosas?' Pero después de algún tiempo me dije algo más, 'haz tú lo mismo.' Lo que los misioneros Oblatos hicieron fue darme la convicción de que debo servir a la gente”.
El Cardenal Ling estudió para el sacerdocio en un seminario que fundaron los Oblatos en la ciudad de Parksane. Al incrementarse la guerra en Vietnam y llegar a Laos, los católicos fueron el objetivo de los comunistas, asesinando a seis Oblatos, incluso al párroco que inspiró al Cardenal Ling cuando niño. El joven seminarista fue enviado a Canadá para estudiar en el Voluntas Dei, un instituto fundado por otro Oblato, el P. Louis-Marie Parent, OMI Más adelante fue sacerdote ordenado en la comunidad de Voluntas Dei.
En 1970 el Cardenal Ling se encontró de nuevo en Laos como Diácono y le solicitó predicar un retiro en una aldea llamada Ban Na Phong. Con él estaban dos catequistas, Luc Sy y Misam Pho Inpeng. Al terminar el retiro, el Cardenal Ling experimentó el momento más terrorífico e importante de su vida.
“Los tres fuimos juntos y terminamos nuestra misión. Pasamos la noche en el lugar y al día siguiente queríamos regresar a Vang Vieng. No había transporte, por lo que subimos a un camión militar. No lejos de la aldea donde habíamos permanecido, tal vez a solo dos kilómetros, fuimos emboscados. Había cerca de 14 personas en el camión y siete u ocho fueron asesinados. Luc Sy y Misan nacieron en el lugar.”
“De alguna forma escapé a la aldea y volví después a buscar a mis amigos. Fueron enterrados al lado del camino sin ataúd, por instrucciones de los militares, aunque deseábamos sepultarlos en la aldea. Tuve otro momento difícil – darles las tristes noticias a sus familias, algo realmente difícil. Nunca olvidaré lo que sucedió”.
“Fue en realidad ese incidente que me cambió. En ese momento en que estaba ocultándome solo, aunque aún rodeado de los hombres armados, algo embonó en mi corazón. ¿Por qué sobrevivió? Comencé a reflexionar. Dios me hizo ver que quería que sirviera a su pueblo en una forma especial. Me dije, 'A partir de hoy seré sacerdote.' Tuve la certeza de que Dios me llamó ser sacerdote. Es muy interesante que la decisión fuera el resultado del momento más terrible de mi vida.”
Dos años después, el Cardenal Ling fue ordenado en una ceremonia apresurada en un campo de refugiados. Después trabajó como sacerdote, siempre bajo un cuidadosa vigilancia y muchas veces acosado por los comunistas. En 1984 los comunistas se cansaron del sacerdote de los pobres y lo enviaron a un campo de reeducación. El Cardenal Ling pasó tres años en trabajos forzados.
Después de su liberación, el Cardenal Ling retomó su ministerio como sacerdote. En 2001 fue nombrado para dirigir el Vicariato de Pakse y le serían encomendados más puestos de liderazgo en la Iglesia católica de Laos. Actualmente, incluso como Cardenal, sigue siendo parte de la familia Oblata, ayudando a supervisar a un pequeño grupo de Oblatos que trabajan en una docena de parroquias o estaciones de misión con los pobres.“Les digo a los Oblatos que sean Oblatos. Vayan a los suburbios. Esa es su identidad. Es por ello que digo que un Oblato debe ser un Oblato”, dijo el Cardenal Ling. “¿Por qué me escogí el Papa? Tal vez porque insiste en la dimensión misionera de la Iglesia. El Papa Francisco y yo deseamos ver a la Iglesia en los suburbios, una Iglesia de los pobres, una Iglesia que sea misionera.”