Las Hermanas Oblatas Celebran 25 Años

Las Hermanas Misioneras Oblatas de María Inmaculada son un instituto religioso joven que nació en España en 1997. Nueve mujeres se reunieron en ese momento para vivir en comunidad con la intención de seguir el carisma de San Eugenio de Mazenod, el fundador de la Oblatos Misioneros.

Las hermanas forman parte de la gran Familia Oblata, y ven su instituto como una gracia que brota de la canonización de San Eugenio de Mazenod en 1995. Como mujeres consagradas a Dios, viven el mismo carisma que las Oblatas: “llevar la Buena Nueva a los pobres”. Este año marca el 25 aniversario desde que se unieron por primera vez en comunidad.

En 1997, un valiente grupo de mujeres jóvenes, de 19 a 24 años, comenzó a experimentar la vida comunitaria en la Casa de Ejercicios Emaús en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Estas mujeres, que estaban profundamente enamoradas de Jesús Salvador y se sentían llamadas a vivir el carisma de San Eugenio en la vida religiosa, se dispusieron a responder a la llamada de Dios, iniciando así un nuevo camino en la Iglesia.

Esta semilla del espíritu ha ido creciendo en cada una de estas hermanas. Sus comunidades son lugares de hospitalidad y acogida, lugares donde viven y experimentan la alegría del Evangelio, a pesar de los altibajos de la vida. Desde el inicio de su existencia han vivido el don de la internacionalidad. Describen su misión de la siguiente manera:

“Nuestra espiritualidad misionera, impulsada por nuestra Oblación, motiva nuestras acciones y nos mantiene continuamente disponibles y abiertos para la misión. Lo llevamos a cabo como mujeres apostólicas siguiendo el ejemplo de María, virgen y madre, en comunión con la Iglesia y sus pastores y abiertas a la colaboración con otros trabajadores del Evangelio. Nuestra forma de hacer la misión se caracteriza por la evangelización de los más pobres desde la experiencia personal de la salvación, queriendo suscitar o despertar la fe en los que encontramos”.

Mientras las hermanas celebran 25 años, el tema guía que las acompañará e inspirará en el futuro será: “Dar vida al corazón de San Eugenio en nuestro tiempo”.