“Praise Be Jesus Christ and Mary Immaculate!”
Prenovice Luis Ramirez
I am from a family of seven in Mexico City and have four sisters. I grew up in a very conservative and religious family, and have had the blessing of my family’s full support of my vocation.
I have felt the call to the priesthood since I was five years old, and began discerning the priesthood when I was in the eighth grade. I met the Oblates when I was six years old in San Antonio as I would go to Mass at their Lourdes Grotto and Guadalupe Tepeyac.
Despite my strong Catholic upbringing, I struggled a lot with my faith throughout high school. I was bullied for being Catholic. The trauma from the hatred I received, as well as loneliness, left me somewhat resentful towards my Catholic identity.
I began to pull away from my faith a bit, and upon entering college sought a life I thought was “normal” and took part in the traditional college life, even though in my heart I knew it was wrong to do. My last girlfriend even disliked the Catholic Church and this caused a lot of conflict with my family and me.
All the internal conflict I had with seeking happiness in college life and in vices left me feeling this great emptiness and longing to seek out the Church. I changed my ways and began to go to Mass every day and pray the rosary daily. One day I began to feel that call to the priesthood again.
When I felt this overwhelming desire to enter the seminary I reached out to Fr. Ray Cook, O.M.I. who I had known for five years and has been my Spiritual Director. I realized that I had spent all of high school and the start of college trying to be someone that was not me, and that the reason I felt empty was because I sought happiness in things that were no match for the love of God.
Upon reading the Oblate Rules and Constitution, I found myself moved to tears by the charism, which was the perfect match to what I wanted to do with my life – to serve and evangelize the poor and abandoned.
In 2018 I attended a Come and See vocation weekend with the Oblates. There I met Fr. Jesse Esqueda, O.M.I. who invited me to visit the Oblates mission in Tijuana, B.C., Mexico. After that weeklong mission trip I decided to take a semester off from college and do three months of missionary work in Tijuana.
I honestly could not be any happier with my life right now. If I were to
see the people that hurt me in the past, I would hug them because had they not broken me I would not have found God in that silence and solitude, nor would I be where I am today, a Missionary Oblate seminarian. Praise be Jesus Christ and Mary Immaculate!
“¡Alabemos a Jesucristo y a María Inmaculada!”
Prenovicio Luis Ramírez
Provengo de una familia de siete en la Ciudad de México y tengo cuatro hermanas. Crecí en una familia muy conservadora y religiosa y tengo la bendición del apoyo total de mi familia a mi vocación.
Desde los cinco años sentí el llamado al sacerdocio y comencé a discernir sobre ello cuando estaba en 2° año de secundaria. Conocí a los Oblatos cuando tenía seis años en San Antonio y asistía a Misa en la Gruta de Lourdes y Tepeyac de Guadalupe.
A pesar de haber crecido en un fuerte ambiente católico, tuve problemas con mi fe hasta la preparatoria. Me molestaban por ser católico y el trauma que tuve por el odio que recibí y por la soledad que sentí me hizo algo resentido hacia mi identidad católica.
Comencé a alejarme un poco de la fe y al entrar a la universidad busqué una vida que creí “normal”, participando en la vida universitaria tradicional, aun cuando sabía que no era lo correcto. A mi última novia no le agradaba la Iglesia católica y eso ocasionó mucho conflicto entre mi familia y yo.
Todo el conflicto interno que tuve al buscar la felicidad en la vida universitaria y en vicios me llevaron a sentir un gran vacío y a añorar la Iglesia. Cambié mi forma de vida y comencé a ir a Misa y rezar el rosario todos los días. Un día comencé a sentir de nuevo el llamado al sacerdocio.
Al sentir un gran deseo de ingresar al seminario, contacté el P. Ray Cook, O.M.I. a quien había conocido por cinco años y había sido mi Director Espiritual. Me di cuenta de que había pasado toda la preparatoria y el comienzo de la universidad tratando de ser alguien que no era y que el vacío que sentía era por buscar la felicidad en cosas que no correspondían al amor por Dios.
Al leer las Reglas y Constituciones de los Oblatos, el carisma me conmovió hasta las lágrimas y sentí que encajaba perfectamente con lo que deseaba hacer con mi vida: servir y evangelizar a los pobres y abandonados.
En 2018 asistí al fin de semana vocacional Ven y Ve con los Oblatos. Ahí conocí al P. Jesse Esqueda, O.M.I., quien me invitó a visitar la misión de los Oblatos en Tijuana, B.C., México. Después de ese viaje de misión de una semana decidí dejar la universidad por un semestre y realizar trabajo misionero en Tijuana por tres meses.
En este momento mi vida no podría ser más feliz. Si encontrara a la gente que me lastimó en el pasado los abrazaría, porque de no haberme lastimado no habría encontrado a Dios en ese silencio y soledad, ni sería ahora seminarista Misionero Oblato. ¡Alabemos a Jesucristo y a María Inmaculada!
June 2020
Junio de 2020
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Inside
A Ministry That Grew Out Of The Mud
The Faith Blooms In The Desert
Oblate Co-Missionaries –
Lisa Scaglione and Paul Thacker
My Vocation Story –
Fr. Bill O’Donnell, O.M.I.